Bloomberg y muchos otros medios dan cuenta de la declaración pública del Director Nacional de Inteligencia James Clapper en la que indica que transmitió a Trump su “profundo disgusto” por las recientes filtraciones y el “efecto corrosivo” que producen en la seguridad nacional (en el día de ayer el ex animador de reality shows elegido presidente acusó a la mísmisima comunidad de inteligencia de su país de emplear técnicas propias del nazismo en contra de su persona. Fuerte, muy fuerte. La verdadera corrosión para la seguridad nacional norteamericana tiene lugar por el descontrol visibilizado en estos meses por parte de los miembros y jefes de la corporación de espías, cuyas injerencias en el proceso electoral del país al que sirven golpearon primero a Hillary Clinton y perturban ahora a Donald Trump. Las disculpas de Clapper apuntan a una tregua entre los watchmen y el poder civil).
Shinzo Abe, primer ministro de Japón, inicia tour por Filipinas, tierra que preside el inefable Rodrigo Duterte (será interesante seguir las relaciones entre estos dos países en la era Trump, uno aliado histórico de Washington, el otro cada vez más cerca de Pekín. Duterte y Trump habrían manifestado recíprocos elogios y está claro que el primero es uno de esos “hombres fuertes” que tanto simpatizan al magnate. Abe operará para que Filipinas acepte una re-vinculación con la potencia americana. Duterte celebra esta ventana de oportunidad que pícaramente ha construido).
El presidente Enrique Peña Nieto afirmó que México no aceptará nada en contra de la dignidad de su país (los mexicanos cuentan con un poderoso instrumento de negociación para repeler las medidas proteccionistas que amenaza adoptar Trump en su contra: la población autóctona y la que se moviliza por sus tierras para acceder a la patria de Trump. Las políticas que desalienten las exportaciones aztecas y centroamericanas al mercado estadounidense y las inversiones en sus economías implican un incentivo para que sus habitantes decidan la mudanza a la geografía promotora de sueños americanos y trasnacionales).
El ex empleado de ExxonMobil Rex Tillerson se pronunció frente a los legisladores norteamericanos, admitiendo diferencias entre él y Trump en asuntos tan relevantes como las relaciones con Rusia, la OTAN y el cambio climático nos cuenta, entre otros, El País de España (Tillerson sobreactúa para desmarcarse de sus relaciones con Rusia y de sus antecedentes como acérrimo defensor de su entrañable patria petrolera. Las relaciones entre los intereses petroleros y el poder político norteamericano siempre fueron intensas, en especial desde que Roosevelt asegurara el suministro saudí al finalizar la Segunda Guerra Mundial, penetraron el Salón Oval en los años de los Bush - padre y chango- y reemergen con similar potencia en la administración Trump. Las políticas de Obama relativas al cambio climático prometen ser uno de los asuntos prioritarios a revisar por la nueva gestión. Tillerson también sugirió una reformulación de las relaciones con Cuba, para beneplácito chino y su marcha hacia el Oeste).
Deustsche Welle de Alemania y El País de España destacan la peor inflación argentina en 25 años.