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En Clarín Julio Blanck redacta una columna cuyo título es todo un mensaje: Suenan alertas en el Gran Buenos Aires. El columnista, entre otras cosas, describe bien un escenario duro, enfatizando en la realidad de los que no integran el mundo del trabajo formal: “En junio empezarán a cobrarse los aumentos salariales de las paritarias y a fin de mes llega el medio aguinaldo. Pero eso es para los que tienen trabajo, y trabajo en blanco. Hay un mundo de compatriotas fuera de eso, que hoy parece un privilegio. Para esos sectores más vulnerables se incrementó la ayuda directa. (…) Pero a ese sector social sumergido le esperan, en el mejor de los casos, unos cuantos meses más de realidad dura y angustiante.”

Observaciones

En la extensa columna de Blanck no figura el término “responsabilidad”. Como en esos formidables filmes de George A. Romero en los que las masas de zombies simplemente aparecen, no se indaga ni se publica la causa u origen del mal. Simplemente es algo que sucedió. Lo mismo vale para la crítica situación que describe el cronista, respecto de los compatriotas bonaerenses. Lo que padecen es algo que sucede, algo en los que algunos trabajan y otros conspiran, pero cuya causa no merece, no tiene explicación. Como bien fue ilustrado (y denunciado) por el genial Romero, no brindar explicaciones, negarnos motivos originarios, es lo más perturbador y terrorífico de sus propuestas. Y de la de otros.

Columnistas

Clarín nos cuenta que en Brasil Temer pierde apoyo diariamente, y quieren adelantar el juicio político a Dilma porque el interino mencionado está logrando que todos la extrañen.

Observaciones

Temer es un adorador del diablo. Ese fue un rumor que rodó fuerte en Brasil, allá por el 2010. El propio acusado de celebrar liturgias satanistas hizo alusión al daño que esto significó para su imagen. Dicen que la cosa llegó tan lejos que Temer acudió por ayuda a los poderosos referentes del evangelismo brasileño. Habría sido el nacimiento de una potente y fructífera alianza para ambos. Hace un par de semanas el muy influyente evangélico Silas Malafaia publicó un video desmintiendo que Temer dedique oraciones y actividades a favor de Belcebú. El apoyo de Marco Feliciano, otro importante congresista evangélico hacia Temer fue elocuente. El nuevo gabinete brasileño cuenta con un obispo de la Iglesia Universal del Reino de Dios como ministro de Comercio e Industria y con el pastor Nogueira en el de Trabajo.

Las iglesias evangélicas son representantes de una fuerza económica que según artículo del 2011 de la BBC movilizan unos US$7.000 millones al año y cuentan con 8 millones de seguidores y presencia “en casi 180 países, lo que sobrepasa a cualquier multinacional brasileña”. De acuerdo a un muy interesante reporte del Washington Post tienen una visión ideológica muy similar a la de la derecha religiosa norteamericana, lo que los hace tenazmente resistentes a las políticas seculares en general, y en especial a favor de los derechos de homosexuales y de varios cambios introducidos por el “partido de raíz marxista” que gobernó los últimos años Brasil. También informan que de los 94 integrantes del bloque legislativo existente, 89 votaron a favor del juicio contra Dilma. Registremos la influencia de este sector religioso en la vida institucional brasileña, poco examinada en los artículos domésticos que piensan y reflexionan sobre el actual estado de cosas en el país hermano.

La región

3 de Junio de 2016

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