top of page

La región

Muy  buena nota de Emilio Cárdenas en La Nación, en la que resume las 10 prioridades que estableció Serra en la política exterior brasileña al momento de asumir (más allá del sesgo ideológico del cronista y de las políticas a que se compromete el canciller brasileño).

Observaciones

“Primero Brasil”. Es el eje principal sobre el que girarán las medidas, prometió Serra, cosa que no implica una gran novedad en su diplomacia, pero anticipa el apartamiento de movidas principistas. Nos interesa destacar tres cosas: 1) los tipos advierten que es una coyuntura fenomenal para restaurar y cristalizar a nivel regional el modelo ideológico que a ellos importa, mucho más simpático al ideario libremercadista; 2) no se juegan por ninguna potencia, central o emergente, apuestan a mejorar la relación con EEUU, pero también con China e India, e incluso con el continente africano, espacio en el cual, desde hace, rato gobiernos brasileños de distintos signos incrementan su influencia, por medios comerciales y de otro tipo (aquí, Brasil compite con las grandes potencias y Serra informa que lo seguirá haciendo); 3) menciona a México, actor al que debió recurrir Argentina para compensar el peso del gigante hermano (aún estamos a tiempo), tanto para consolidar el modelo económico referido, como –creemos- para contener cualquier pretensión de los aztecas, asociada con EEUU (ambos países latinos, además, compiten para ocupar una silla en el Consejo de Seguridad de la ONU y nosotros jugamos en la contienda). Por último, más allá de que siempre hay promesas al iniciar un mandato, que de ninguna manera se hacen realidad en la generalidad de los casos, creemos que sería muy bueno que nuestros cancilleres publiquen las prioridades y políticas estratégicas que se proponen para maximizar los beneficios para nuestro país en la agitada arena internacional de nuestros tiempos.

26 de mayo de 2016

Donald Trump aventaja a Hillary Clinton en recientes encuestas.

Observaciones

Desde distintos lugares dicen que no hay que tomarse en serio las encuestas realizadas con tanta antelación a la fecha electoral (faltan unos 5 meses). Pero no menos cierto es que muchos de esos mismos analistas sostenían meses atrás que era cuestión de tiempo para que Trump cayera -ante Jeb Bush, Ted Cruz o Marco Rubio- en la interna republicana. “El Donald” arrasó con todos ellos. La resistencia que genera se da con especial intensidad entre las propias filas republicanas, en sus componentes más conservadores. El asesor de Bush chango, Robert Kagan, hace poco escribió contra el ascenso de Trump, denunciando que es el comienzo del fascismo en EEUU. Kagan advierte que Trump representa un fenómeno que lo trasciende y que materializa los temores que la democracia despertaba en Alexis de Toqueville y los antiguos griegos. Es curioso, muchos gobernadores republicanos vienen instalando requisitos obstaculizadores para el sufragio de las minorías (negros e hispanos en primer término), que son los sectores que más rechazo tienen contra Trump. Ahora resulta que esas vallas que crearon, esos muros erigidos contra la participación popular, impiden que voten buena parte de los ciudadanos que podrían salvarlos del candidato que promete barrer con el establisment de Washington. Pero algunos de ellos sugieren que la culpa es por brindar tanta democracia. ¿Los que levantaron los muros contra el voto de las minorías se preocupan por la respuesta de las mayorías –sus blancas mayorías- y por los muros físicos que promete edificar Trump? Luego del debilitamiento/eliminación de las garantías y libertades individuales, bajo la excusa de motivos de seguridad interior, ¿se vienen nuevos límites, pero a la democracia participativa?

Internacionales

  • Facebook Social Icon
  • Twitter Social Icon
  • Google+ Social Icon
  • YouTube Social  Icon
  • Pinterest Social Icon
  • Instagram Social Icon
bottom of page