top of page

Columnistas

En La Nación José Nun intenta responder a la pregunta sobre la orientación ideológica del actual Gobierno: “el repaso histórico comparativo me confirmó en la idea de que, por más pragmático que quiera ser, al macrismo lo guía una lógica neoliberal que está teniendo que adaptarse a nuestras circunstancias. (…) Su gobierno liquidó el cepo, salió del default , eliminó las exenciones al agro y a la minería, suprimió el impuesto a los dividendos, redujo los subsidios, se abrió al mundo y pidió ser miembro titular de la OCDE, acérrima defensora de los principios neoliberales. No tenía un plan, pero tampoco lo precisaba: para eso estaban el mercado y las grandes corporaciones. A la vez, a éstas les pidió varios de sus CEO para ocupar cargos públicos. Pero las cosas no salieron bien.”

Observaciones

Según Nun “las cosas no le salieron bien” al Gobierno por la falta de grandes inversores dispuestos a meter la plata en el país. Esto último respondería a varios motivos, que él enumera: falta “una división de poderes auténtica y de instituciones medianamente sólidas”; abunda la corrupción; un tercio de la población vive por debajo de la línea de pobreza; cerca de la mitad de la fuerza de trabajo actúa en la informalidad; los datos estadísticos son falsos y la inflación “imparable”; la tasa de inversión no supera el 17% por año; y unos 400.000 millones de dólares existen fuera del circuito legal.

A uno le queda la sensación que el modelo neoliberal, para Nun, podría funcionar si se dieran las condiciones adecuadas. Es lo que resulta de su nota. En verdad, el tipo no es neoliberal, pero tampoco quiere quedar pegado con el kirchnerismo, por eso prioriza el cuestionamiento a lo que precedió al actual Gobierno antes que a la propia doctrina contra la que siempre se pronunció. Su nota pierde coherencia con su trayectoria (en la que cumplió funciones como Secretario de Cultura del kirchnerismo), pero está dispuesto a pagar el precio con tal de despegarse de los mandatos anteriores. Tampoco cuestiona las políticas y decisiones de la gestión de Cambiemos, se concentra en el pasado inmediato y en factores externos (la plata que no viene de afuera).

No me interesa indicar si el actual gobierno es neoliberal o no, no que nos parezca irrelevante, nada que ver, pero nos importa más reflexionar sobre los posicionamientos de ciertas figuras, que optan por “doblar” sus interpretaciones antes que “romper” con posturas claras, más o menos definitivas, tipo “siempre combatí el neoliberalismo y es una porquería, sin excusas”. A tal punto prima el temperamento antiK que “olvidan” dar forma –y contenido, claro- a la denuncia contra el sistema que aborrecen, que los situaría en una geografía política determinada. ¿Qué decía el amigo Kundera en su introducción a La insoportable levedad del ser? Ah sí, lo que sigue: “la ausencia absoluta de carga hace que el hombre se vuelva más ligero que el aire, vuele hacia lo alto, se distancie de la tierra, de su ser terreno, que sea real sólo a medias y sus movimientos sean tan libres como insignificantes.”

La Región

Dante Caputo redacta una solvente oposición al (¿des?)gobierno de Maduro, y tajantemente conmina: “No debemos aceptar la violación impune del Estado democrático de Derecho en nuestra región ni compartir emprendimientos como el Mercosur con un país que ha destruido la base de los derechos sociales y políticos de su población.” En Brasil el –nunca más potente y literal- Poder Judicial amenaza a todo el espectro político, empleando a arrepentidos/delincuentes para construir los contenciosos judiciales. En ese país Temer logra que sus diputados congelen el gasto público por 20 años. El presidente bolivariano asegura estar padeciendo un golpe parlamentario.

 

Observaciones

Es recomendable la lectura del artículo de Caputo. Es un tipo que sabe.  Por otro lado, incomoda a los que simpatizaron con la experiencia chavista. No son tiempos fáciles para los defensores de eso que se calificó somo socialismo del siglo XXI. ¿Se impone el deber de defender una causa por impresentable que sea el hombre que la lidera? Más allá del dilema existencial de cada persona, surge otro de tipo gubernamental: ¿Apartar a Venezuela de las relaciones ordinarias de comercio e intercambios –como parece sugerir Caputo- colabora o complica la difícil situación que atreviesa el pueblo de ese país? Caputo comienza su columna describiendo las relaciones de poder en el escenario internacional, desde aquí alentamos a tener en cuenta las fallidas experiencias de los bloqueos y marginaciones, que fueron mucho más perniciosos para los habitantes del espacio nacional afectado que para los líderes que los inspiraron. Ojo con eso. Punto aparte.

El ajuste en Brasil es una muy mala noticia para nuestra economía real, nuestra industria destina la mayor parte de su producción a ese país, por ende una depresión de sus consumidores le pega de lleno. Un bajón.

La Región II

Martín Dinatale describe una reunión entre sindicalistas y legisladores opositores, pero lo interesante aparece en un párrafo final: “La injerencia de China se mezcló también en el Mercosur. En la reunión de Olivos, Macri habilitó a su par de Uruguay Tabaré Vázquez a avanzar en un acuerdo unilateral de libre comercio entre el Montevideo y China.”

Observaciones

De avanzar un acuerdo de libre comercio entre Uruguay y China, ¿cómo impactará esto en las economías vecinas –en especial las más industrializadas, o sea nosotros y Brasil- habida cuenta de la posibilidad de que los productos asiáticos ingresen vía Uruguay al resto de los países socios? 

Internacionales

La Nación copia y pega artículo del New York Times y titula: África vuelve a empezar: se desinfla la ilusión de una era de ascenso.

Observaciones

Hollywood ha naturalizado en el imaginario dominante una idea homogénea del África que desconoce las diferencias entre las naciones, pueblos y trayectorias históricas de unas y otros. En este sentido, África es eso que supone conflictos, tensiones tribales, abusos de industrias extractivas, pasivas humanidades manipuladas por actores externos, entre otras cosas que anulan protagonismos locales y divergencias obvias.

Por eso, es tremendamente acertada la crítica de Lily Kuo a la nota del Times (que en rigor de verdad recoge los conceptos de Amadou Sy). Kuo deplora los enfoques que uniforman lo diverso por motivos marquetineros, para obtener (o repeler, agrego yo) el interés de inversionistas. Al imponer esas descripciones falaces, se omiten las disparidades realmente existentes entre geografías que componen el continente en cuestión y no se tiene en cuenta, por ejemplo, que hay 19 países que completarán crecimientos superiores al 6% este año. En fin, que la realidad también existe.

bottom of page