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Macri se reunió con Temer y acordaron reforzar el Mercosur. Hubo consenso para organizar producciones automotrices y agroindustriales en forma coordinada al resto del mundo y para luchar contra el narcotráfico en zonas de frontera. El presidente brasileño, informa La Nación, intentó avanzar más allá de lo acordado en un tema sensible: “‘podemos trabajar en conjunto no sólo para fortalecer el Mercosur, sino también en flexibilizar un poco las reglas (…) para dar una cierta autonomía para los Estados (miembros) en sus relaciones internacionales’. La frase de Temer se salió del libreto ya que no la había coordinado previamente con Macri. Ante ello, el presidente argentino tomó distancia y aclaró: ‘El camino para integrarnos al mundo es desde el Mercosur’”. Para Página12 estuvieron juntos y lejos de la gente.

Observaciones

El atrevimiento de Temer, de promover una libertad bilateralizante, por la cual cada país avance por su cuenta y ritmo en las relaciones comerciales debe evaluarse en función del liderazgo que persigue el presidente argentino en la región sudamericana. Mauricio Macri procura movilizar el Cono Sur atlántico hacia el Pacífico, con un empeño pícaramente oportunista, habida cuenta de los dilemas internos que impiden al gigante brasileño cualquier tipo de conducción regional.

Itamaraty sospecha que Macri está aprovechando la crisis brasileña para reformular el comercio de parte de nuestra región en términos especialmente favorables a los intereses de Washington (las declaraciones del Secretario de Comercio argentino, acerca del ingreso de nuestro país al TPP, dan asidero a esta sospecha). Un eje Washington- Buenos Aires es algo intolerable para el pensamiento imperial de nuestros hermanos mayores. La tradición norteamericana, seguidora de las políticas de equilibrios de poder, en general propicia este tipo de incordios regionales, con el objeto de impedir hegemonías competitivas.

En lo que hace al interés nacional argentino, el actual gobierno parece juzgar que se maximiza mientras mejor sea la relación con la patria de Obama. El anterior Gobierno enfatizaba la emancipación regional y la autonomía nacional, la Administración contemporánea pendula hacia una dirección contraria, mucho menos épica y –se dice- más pragmática, en la que el libre comercio y las relaciones especiales con el hegemón americano configuran sus notas distintivas.

La experiencia anterior reveló un voluntarismo excesivo, que celebró abstracciones piolas y marquetineras (las relaciones Sur-Sur) que no tuvieron en cuenta las contradicciones propias de cualquier relación asimétrica. La oferta vigente se edifica por contraste con lo anterior, pero no es menos voluntarista, al adherir a políticas que son crecientemente rechazadas por los pueblos y las dirigencias de las economías centrales de Occidente. Lo que se verifica en todo caso, es la falta de consenso de nuestros gobernantes acerca del lugar de Argentina en el escenario internacional y la desesperante necesidad de una estrategia de algún tipo de plazo, que exceda el de uno o dos períodos gubernamentales. Algo así.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En Colombia, la paz se negocia ahora con el ex presidente Uribe (al que le dolió ver a Macri apoyando el acuerdo) y el mejor artículo lo hace Tokatlian.

Observaciones

Con una abstención del 63,6%, poquito más de la mitad de los colombianos que se presentaron a votar (lo hizo el 37,4%) rechazaron los términos del acuerdo celebrado con las FARC (no rechazaron la paz, sino los términos de ese acuerdo). Un cacho más del 20% de la población con chances de sufragar impuso su voluntad sobre un asunto de fenomenal relevancia nacional.

Es interesante registrar que con el Brexit –dicen- sucedió algo similar, los muchos que querían permanecer en la Unión Europea no concurrieron a las urnas, por ende se impusieron las minorías movilizadas. Es lo que sucede en los países en los que el voto no es obligatorio: las minorías organizadas o decididas se imponen sobre las mayorías desinteresadas (así es como se desenvuelve el poder, piensa Gaetano Mosca: “es un hecho constante y natural que las minorías gobiernan a las mayorías”).

Tanto en el Brexit como en el acuerdo rechazado el último fin de semana, “especialistas” e integrantes del establishment internacional (desde Obama hasta los Jefes de Estado de una y otra región) se habían manifestado previamente a favor de la alternativa finalmente descartada. Son datos que, uno sospecha, esperanzan al impresentable que se candidatea como Presidente de los Estados Unidos de nuestro continente. Y que deben preocuparnos a todos. 

La Región

La Región II

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