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En video de La Nación Jorge Fernández Díaz sostiene que el Papa Francisco opera políticamente en Argentina. Prat Gay pide disculpas en España a inversores españoles por la expropiación de YPF.

Observaciones

Desde aquí coincidimos con Fernández Díaz, pero le aclaramos que el Papa opera políticamente en Argentina y también en el resto de los países del mundo (al servicio del otro mundo, del que verdaderamente importa, claro). Porque un poco ése es su trabajo. Otro tema. La disculpa de Prat Gay a los españoles cuenta con antecedentes, y de más alto nivel.

En los 90 el presidente MC Carlos Menem en gira por Galicia pidió disculpas a dicha comunidad por la injusta y deplorable publicación de la obra: Los más inteligentes chistes sobre gallegos. Los gallegos y las gallegas que se habían acercado con pancartas para protestar contra la presencia del mandatario argentino, conmovidos por las palabras del riojano, terminaron ovacionándolo (en serio).

En su crónica de estos eventos El País de marzo de 1994 cierra informando: “Durante su estancia en Galicia, Menem recibió la medalla de oro de la comunidad”. En otra nota el mismo medio informó sobre el autor de la injuriosa pieza literaria: “Pepe Muleiro es un seudónimo de Ricardo Parrota, un argentino nacionalizado español que trabajó diez años en España.” Tremendo.

Los que mandan

Ciencia, tecnología e innovación

Interesante medida del Gobierno, por la cual se crea el Programa Argentina 2030: Pensando Nuestro Futuro, que será dirigido por el economista Eduardo Levy Yeyati.

Observaciones

Durante su mandato como diputado nacional el actual intendente de Villa María Martín Rodrigo Gill presentó un proyecto de ley para crear un Instituto Nacional de Innovación y Prospectiva Productivas y Tecnológicas, que tiene (el proyecto mantiene vigencia) como objeto “modelar y predecir escenarios futuros posibles y diseñar y promover políticas vinculadas a tecnologías y modelos organizativos de frontera, a fin de que el sector público adapte los servicios prestados y para fortalecer la competitividad del sector productivo, público y privado.” Incluye una injerencia coordinadora del Jefe de Gabinete para diseñar “un Plan Estratégico de Innovación de Frontera” con distintas acciones a llevar a cabo por cada ministerio. Le informamos a Yeyati, para que lo tenga en cuenta.

La Nación dedica su título principal al giro estratégico que implica el pedido de nuestro Gobierno de ser observador en La Alianza del Pacífico.

Observaciones

Advirtamos que tanto Uruguay como Paraguay son observadores de la mencionada Alianza del Pacífico. Los hermanos uruguayos, de hecho, ya tienen un Tratado de Libre Comercio con México y, dicen, están cerca de firmar otro con Chile. Sin embargo, ninguno de ellos cuenta con la calidad de “observador candidato a miembro” (todavía). De la nota de La Nación nos interesa más la declaración del secretario de comercio argentino según la cual la incorporación a la Alianza del Pacífico es un paso previo para meternos de lleno en el Acuerdo Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés). Si el objetivo final es integrarnos al TPP, ¿se verificaría una restauración estratégica, que nos acercaría a esa alianza con los países centrales del mundo occidental que intentó el peronismo de los noventa?

Recordemos que a fines de esa década obtuvimos el título de aliado extra OTAN, carácter que tienen escasos países, como Israel, Jordania y Australia, entre otros que a juicio del Imperio del norte poseen interés estratégico. El actual presidente norteamericano dejó muy en claro que el TPP es algo que va más allá de un simple acuerdo de libre comercio. Para Obama se trata de definir qué mano escribirá las reglas del orden económico global. El mundo de hoy es distinto al de los 90, de movida no cuenta con una Rusia en repliegue y desarticulación y con un Occidente triunfalista que celebra el fin de la historia. Pero cuando Obama dice lo que dice, hoy, piensa en China.

Participar de la Alianza del Pacífico no nos mete mecánicamente en el juego norteamericano, contestatario a China, de hecho muchos de sus integrantes comercian y se relacionan sin problema alguno con EEUU y los asiáticos. Pero así como alteramos alianzas estratégicas cada 10 años (más o menos), muchas veces bajo gobiernos del mismo signo político, es de temer que esa pulsión pendular argentina nos lleve a sobreactuar ciertos temperamentos, para convencer que la de hoy, es la postura definitiva. El tiempo lo dirá. En todo caso, hay que lamentar el Estado del Mercosur, tan lastimado que incluso cuando se trata de acercarnos a nuestros vecinos inmediatos cada uno hace la suya. De más está decir que con Alianza del Pacífico o sin ella, hacer la individual ante EEUU o China implica necesariamente minimizar márgenes de acción y ventajas. Una verdadera pena.

La región

Internacionales

El ISIS resiste y lanza un contraataque.

Observaciones

En relación a los conflictos vigentes en lo que suele llamarse Medio Oriente (terminología inglesa, eurocentrista, creada para diferenciar a pueblos árabes y persas, entre otros, del cercano oriente –más o menos el actual Este europeo- y del lejano oriente –chinos, japoneses, etc.) es muy interesante un artículo reciente, que escribe y firma alguien que tuvo responsabilidades como funcionario de primer orden de una potencia central del mundo occidental.  

Joschka Fischer, ex vicecanciller y ministro de relaciones exteriores de Alemania, imputa a los colonialistas Francia e Inglaterra, vencedores de la Primera Guerra Mundial, la responsabilidad por el actual y dramático cuadro que existe en esos territorios, como consecuencia del trazado caprichoso de una frontera (una línea en la arena en los poéticos términos de James Barr) que dividió el botín geográfico entre galos y británicos: la línea Sykes-Picot (nombres de los diplomáticos que cerraron el acuerdo). Al norte de la línea quedaron Líbano y Siria para Francia, al sur Palestina, Transjordania e Irak, para Gran Bretaña.

Después de la Segunda Guerra la posta imperial y sustituyente fue tomada por EEUU, hasta el año 2003, en que decide invadir Irak. Ese evento, dice el compañero germano: “Fue el inicio del fin para el sistema Sykes-Picot”. Para Fischer el caos que siguió a esa invasión, y que lejos está de diluirse, hace imposible que cualquier actor extra regional oficie como eficaz árbitro. En adelante, el nuevo orden está sujeto al resultado de las contiendas entre los pueblos que debaten por las armas sus destinos. Una variante de aquélla máxima que se atribuye a Bolívar, según la cual es necesario que se permita a los países que soberanamente transiten su propio medioevo. O, si se prefiere, una variante de otra máxima, de Charles Tilly, de acuerdo a la cual la guerra hace a los Estados y los Estados hacen la guerra. 

31 de mayo de 2016

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