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Los que mandan

La Nación dedica su título principal a la caída de la reforma electoral en el Senado, y adelanta como reacción del Gobierno una ofensiva contra los aparatos feudales peronistas: “El primero en salir al ataque fue Adrián Pérez. Consultado por LA NACION señaló que al enterrar la reforma política los senadores y gobernadores del PJ ‘dieron una clara señal de que prefieren mantener su poder feudal en muchas provincias antes que cumplir con la demanda ciudadana de elecciones limpias, equitativas y transparentes’.” Para Clarín el peronismo bloqueó la boleta electrónica. Sin embargo, Ricardo Kirschbaum reconoce: “el PJ le bloqueó la reforma política a Macri. Lo hizo usando argumentos técnicos, que el oficialismo se obstinó en desconocer a pesar de que fueron presentados con amplitud (…) En ese caso, la boleta única habría sido una salida que podría haber satisfecho a muchos.” Para Ámbito fue un nocaut de los gobernadores a la reforma política. Para Página12 el voto electrónico se quedó sin corriente.

 

Observaciones

La Nación siempre desconfió del voto electrónico y dio lugar a algunas de las mejores notas denunciando sus vulnerabilidades. Esto no impide que los patricios aprovechen el rechazo de los senadores peronistas para identificar al justicialismo con políticas que atrasan y resisten lo novedoso.

 

En primer término, hay que decir que no fueron solitariamente los senadores peronistas los que pusieron fin al voto electrónico, existe una solvente militancia que -preventivamente- lleva muchos años advirtiendo sobre los problemas de esta modalidad electoral y su inconsistencia con la integridad y transparencia del sufragio. Por otro lado, nunca quedó claro por qué no se introdujo en el debate la boleta única de papel o un mecanismo gradual de aplicación. En Estados Unidos los problemas logísticos para asegurar la existencia de máquinas en buen estado en todas las circunscripciones nunca fueron superados, lo que es mucho más que un llamado de atención (los aparatos más desactualizados y con fallas en las jornadas de votación, en barrios negros e hispanos, denuncia además que la tecnología no es ajena a las picardías de turno). Pero resulta que los peronismo provinciales, de acuerdo a la lectura del Gobierno, rechazaron la solución tecnológica para preservar su impronta feudal.

 

Esto es falso. No debatiré el carácter feudal que se le imputa a estas administraciones, pero de ninguna manera tiene esto que ver con electrificación alguna. La poca disposición a internalizar rutinas internas republicanas y democráticas por parte de varios gobiernos/partidos provinciales, un personalismo excesivo y economías locales deficitariamente conectadas con las actividades más tecnificadas tienen nada que ver con la boleta de papel o la impresión con chip del sufragio. Son elementos que participan de un problema sistémico, en el que confluyen factores históricos, económicos, de infraestructura e institucionales de mucho mayor envergadura. Es una fantasía creer que con una aplicación técnica se vencerá un sistema, pero se comprende ya que tecnología suele identificarse mecánicamente con lo nuevo bueno y neutral. Fatal error, la tecnología no es buena ni mala, pero tampoco neutral. Ojo con eso.

Los que mandan II

La Nación informa sobre cambios estructurales que quiere impulsar Malcorra en Cancillería. Entre otras cosas señala la nota: “Se prevé también que haya una suerte de ‘rebalanceo’ del personal de las embajadas en Estados Unidos y la Unión Europea, que en algunos casos están sobredimensionadas en profesionales, para reforzar los planteles en embajadas de países de Asia y de África, que es donde el Gobierno tiene ahora interés en profundizar las relaciones y los mercados de exportación.

Observaciones

 

No quiero dejar de destacar esto que informa el medio patricio, porque es algo con lo que coincido: la necesidad de revisar nuestras prioridades en política comercial exterior. Está muy bien mantener las mejores relaciones con EEUU y los europeos, de movida porque sus economías aún constituyen la frontera tecnológica (en el caso yanqui) y son potentes inversores y aportantes de subsidios y becas (en el caso de la península de Asia). Pero lo cierto es que como mercados no son fácilmente penetrables por economías dependientes con ambiciones industrialistas como la nuestra. Por ende, hace bien el Gobierno en apostar a los mercados de África (sobre todo si podemos ir en asociación con Brasil, mucho más experimentado en el comercio con este continente) y de la Asia no china (pensemos en Vietnam, Indonesia, Tailandia, Malasia). En un mundo ideal se practicarían los estudios de mercados necesarios para introducir productos (de movida alimenticios) con alguna marca que pegue (estrategia de diferenciación), propiciando asociaciones entre empresas de distintos países del Mercosur, siempre con acompañamiento estatal. Lo contrario es persistir con esos logos voluntaristas onda relaciones Sur-Sur, que no sirvieron más que para construir un imaginario que no tuvo continuidades tangibles en nuestra economía real. Creo.

Columnistas

En La Nación Fernando Laborda tipea : “Pasó el invierno, se está yendo la primavera y los brotes verdes de los que viene hablando el Gobierno siguen demorando su aparición. La obra pública no termina de arrancar, la inversión productiva privada continúa remoloneando y el consumo no ve una recuperación. Los efluvios mágicos que prometía el célebre segundo semestre fueron sólo una ilusión. Hay un ostensible nerviosismo en algunos funcionarios y dirigentes del oficialismo, aunque no hasta el extremo de caer en la desesperación, en tanto imaginan que alcanzará que la postergada reactivación económica comience a advertirse a partir del segundo trimestre de 2017 para llegar en buenas condiciones a las elecciones. El problema es que nadie puede asegurar hoy que la economía arranque definitivamente y con fuerza para esa fecha.”

 

En Clarín Ricardo Kirschbaum sintoniza con Laborda: “El Indec puso la chapa: la actividad se derrumbó 3,7% en septiembre y ya lleva, bien medido, 2,4% desde enero. El dato tiene el valor político de no ser ocultado, pero su contundencia sobre la mala performance de la economía elocuente. (…) El Gobierno se apresuró a aclarar que los 30 mil millones, en tres años, que insumiría la atención de la emergencia serán reasignados de otras partidas. No se sabe, todavía, quiénes perdieron en esta puja. (…) En términos políticos, lo que debería en serio preocupar a Cambiemos es el descontento de la clase media que votó a Macri en la primera y segunda vuelta (con un aporte importante de los que apostaron por Sergio Massa en octubre del año pasado). Allí es donde el Gobierno deberá trabajar para mejorar las perspectivas. (…) si se trata de medir la temperatura actual hay encuestas que muestran en la provincia de Buenos Aires que las posibles candidaturas oficialistas están sufriendo. Curiosamente, también se registra una baja de las preferencias por Cristina Kirchner.”

 

En el mismo medio, la columna de Bonelli es más dura: “Los hombres de negocios coinciden en tres cuestiones centrales : –Fracasaron todas las proyecciones del gobierno sobre la reanimación económica y aun persiste la recesión. Así como están las cosas, recién vislumbran una leve mejora para el otoño. Donald Trump puede arruinar todo y lograr que siga el invierno productivo. (…) Los hombres de negocios hablan de que el gobierno utiliza una receta errónea, como intentar combatir ‘el populismo heredado, con más populismo fiscal’. El notable crecimiento del gasto público confirma esa percepción.”

Observaciones

 

Sobre Laborda: ¿Ahora es el segundo trimestre del 2017?. Sobre Kirschbaum: 1) Parece recomendable consagrar algún tipo de mecanismo que impida una retracción de recursos en partidas sensibles, de poco puede servir poner 30 mil millones si se sustraen a programas sanitarios, educativos o de infraestructura relevantes. Ojo, con la manta corta. 2) Para Kirschbaum los sectores populares no acompañarán al Gobierno, por ende le aconseja que se ponga las pilas para competir contra Massa. 3) El columnista dice que el oficialismo en La Provincia sufre y que Cristina baja, pero no da números, pese a que menciona las encuestas, de dónde surge un interrogante elemental: ¿quién puntea? ¿por qué no lo dice Kirschbaum?

Opinables

Siempre es recomendable leer a Natalio Botana, que en La Nación escribe exasperado contra las demagogias que se imponen en todo el mundo: “¿Dónde ubicarse entonces? Para empezar, convengamos en que esta crisis de principios de siglo resulta del efecto combinado de varias causas y de la erosión que producen tanto la demagogia de los liderazgos como el anacronismo de las instituciones.”

Observaciones

 

Interesante la columna de Botana, expone la mirada de un liberal intelectualmente sólido. Sin embargo, como buen liberal argentino, omite enfatizar las causas económicas que provocan la emergencia de figuras y espacios protofascistas en los países centrales de Occidente y de sus regiones periféricas (pensemos en la Europa del Este). Para Botana el problema lo constituyen líderes políticos corruptos e instituciones inadecuadas. No hay mucho lugar en su columna que informe acerca de la complicidad entre esos líderes con no menos corruptos y criminales empresarios y juntas accionarias multinacionales. Para él instituciones anacrónicas producen la crisis. Para mi es la ingeniería neoliberal la que rompe los esquemas representativos, haciéndolos imposibles antes que anacrónicos. La reformulación de dispositivos electorales o representativos, si no se opera sobre los actuales patrones de distribución de recursos, se vuelve inútil. Empoderar políticamente mientras se empobrece materialmente es empresa arriesgada, de resultado incierto. Además pinta a chamuyo.

La Región y el Imperio

En Página12 Emir Sader escribe: “Sumándose al gobierno mexicano de Peña Nieto, tradicional adepto del neoliberalismo, el escenario parecía listo para que Hillary comandara la utilización del nuevo eje Brasil-Argentina, agregado al de México, para definir un campo pro-norteamericano en la región, que pudiera no sólo apoyar a esos países en la dirección del modelo siempre promovido por los EE.UU., como hacer de ese eje la base para atacar a Venezuela, a Bolivia y a Ecuador. Controlando a las tres más grandes economías del continente, con modelos económicos similares –lo cual no ocurría desde 2003–, EE.UU. se preparaba para imponer de nuevo su politica sin contrapesos en el continente (…) Pero Macri y Temer tampoco salen de su estupefaccción, no tienen idea de cómo reaccionar, más allá de los mensajes protocolares. En el momento en que se disponen a colocar a Argentina y a Brasil de nuevo en el rumbo de la globalización neoliberal, creyendo que van a recibir entusiastas elogios del Imperio –que Obama ya empezó a repartir–, se dan cuenta de que los dos países que habían hasta aquí fungido como las dos cabezas del bloque imperialista –Gran Bretaña y EE.UU.–, se desvían del camino que ellos mismos habían destacado como la vía única e inevitable para el mundo entero. (…) Macri, Temer, Peña Nieto hacen que Argentina, Brasil y México paguen el alto precio de las opciones equivocadas que ellos han hecho, de subordinar las economías de sus países a la de los EE.UU., de obedecer a lo que Washington planteaba hasta aquí”.

Observaciones

Sader profetiza el fin del neoliberalismo con la misma convicción con que a fines de los 60 del siglo pasado se afirmaba que la caída del imperio americano estaba ahicito nomás, a la vuelta de la esquina, ¿qué mayor prueba que su incapacidad de vencer a un país como Vietnam? Sin embargo, un par de décadas después EEUU alcanzó la primacía global. Hay signos de agotamiento del actual modelo económico global, es cierto, lo preocupante es la ausencia de señales de su sustitución por algo mejor, a no ser que nos tiente el comunismo totalitario de la República Popular del Reino del Medio (cosa que a los chinos no les interesa en lo más mínimo promover).

 

Otra cosa quiero indicar, a riesgo que me tilden de contrera: el tremendo déficit de los gobiernos popuprogresistas recientes para edificar una integración sustentable, o cualquier tipo de integración. Sader menciona a los BRICS como una alternativa posible, con un voluntarismo ideológico que le impide advertir que esa entidad es la mejor prueba de nuestro fracaso regional. En efecto, a la hora de crear algo ranqueador, la economía más grande de la región prefirió a indios, africanos y euroasiáticos antes que a sus países hermanos. En vez de poner reales en un banco sudamericano los destinó a financiar cloacas y cordones cunetas de barrios de Siberia y Ciudad del Cabo. Tremendo. Sobre Trump cabe conjeturar qué implica para Latinoamérica un presidente imperial que incorpora como explícito adversario asimétrico no ya a Cuba, sino también a México. Eso.

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